¿Por qué el café nos mantiene despiertos? Aunque ya conocíamos que el café retarda la llegada del sueño, se desvela por primera vez cómo la cafeína nos ‘quita’ el sueño.

Investigadores de la Universidad de Colorado-Boulder (EE.UU.) y del Laboratorio de Biología Molecular del Medical Research Council de Cambridge (Inglaterra) han demostrado por primera vez cómo la cafeína afecta directamente a nuestro reloj biológico. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Science Translational Medicine, mostraron que ingerir una taza retrasa nuestro sueño unos 40 minutos. Y que la combinación de cafeína más luz brillante provocaba un retraso de 105 minutos a la hora de conciliar el sueño.

El equipo de científicos estadounidenses dirigido por Kenneth Wright estudió a cinco personas (tres mujeres y dos varones) que estuvieron encerradas durante 49 días en un laboratorio sin relojes, ni ningún conocimiento acerca de si era de día o de noche. Se les daba 200 miligramos de cafeína o placebo y se los exponía a una iluminación tenue, o a la luz brillante, que durante la noche también opera retrasando el ritmo de sueño.

En paralelo, el equipo dirigido por John O'Neill llevó a cabo en el laboratorio de Cambridge experimentos in vitro que permitieran entender los mecanismos que sustentan los cambios provocados por la ingesta de cafeína, la droga psicoactiva más consumida en el mundo, presente en bebidas como el café, el té y las gaseosas cola. Añadieron entonces cafeína a células humanas y encontraron que en ellas también retrasó su ritmo circadiano. ¿La explicación? Esa sustancia puede bloquear los receptores de adenosina que, en condiciones normales, tiene efectos sedantes y favorece el sueño.

'Estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes para las personas con trastornos circadianos de sueño, en los que su reloj biológico normal de 24 horas no funciona correctamente, o incluso ayudar a superar el jet lag', consideró O'Neill.

Los ritmos circadianos constituyen el reloj biológico que opera en cada célula en el cuerpo, permitiéndonos adaptarnos al ciclo externo de la noche y el día. Las alteraciones prolongadas en ese ritmo interno, ya sea por trabajos en diferentes turnos o desfases horarios varios, aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo dos y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Este estudio nos ayuda a explicar algunos trastornos del sueño y  puede ser útil para que los viajeros que atraviesan diferentes zonas horarias del mundo puedan conocer cuál el mejor momento de tomarse un café. Mejor por la mañana que antes de ir a descansar.