La habitación de los peques de la casa, es un lugar muy importante para su descanso, el juego o los estudios. Se trata de un espacio donde precisamente se combinan estas tres actividades, tan importantes para su desarrollo. Por eso debemos prestar atención a la distribución del espacio, los colores de las paredes o la iluminación de la estancia.

El descanso es básico en cualquier etapa de la vida, pero sobre todo en la infancia, ya que los niños están en un periodo de crecimiento físico y también neurológico muy rápido. Un descanso nocturno óptimo aumentará su rendimiento durante el día y evitará su irritabilidad. Desde los 3 años de edad los niños deben dormir unas 10-11 horas para que el sueño sea reparador.
Es muy importante observar si el pequeño o la pequeña se levanta cansado o si se desvela por las noches. En estos casos resulta básico revisar su equipo de descanso, en particular el colchón y la almohada. Estas piezas deben acoger su cuerpo y cuello aportando una perfecta ergonomía, siempre con un buen sustento. Firme pero no duro, para conseguir un descanso reparador tanto físico como psíquico. De esta manera evitaremos posibles lesiones en la columna y garantizamos un óptimo crecimiento.

Los colores ayudan también a mantener un ambiente tranquilo, que favorezca la concentración. Los colores claros y suaves favorecen la alegría y el movimiento, al mismo tiempo que le dan un punto de sosiego. A la hora de decorar es aconsejable los elementos muy activos o muy estridentes, como fuertes estampados en las cortinas, las sábanas o los edredones para utilizar una decoración más suave, que aporte calma y tranquilidad.

En cuanto al estudio, conviene separar la zona de descanso y la de juegos, pero no siempre disponemos de suficiente espacio para ello. Una solución muy práctica y económica es utilizar un color diferente en una pared de la zona de estudio, de manera que haga una separación virtual. El azul cielo proporciona calma y favorece la concentración. Su escritorio lo situaremos, preferentemente, lejos de la ventana. La razón es que las grandes ventanas distraen su atención y reducen el rendimiento escolar.
Cuando son pequeños podremos fomentar su creatividad, colocando folios o cartulinas en blanco en la pared. Así dispondrán de un lugar apropiado para pintar con libertad, sin dibujar en la pared. Se trata de una forma de enseñarles a respetar algunos límites a la hora de divertirse.    
Es necesario ventilar su habitación a diario, al menos durante 15 minutos. Cuando son pequeños les ayudaremos a mantener el orden y la limpieza, ya que con ello evitaremos distracciones y mantendremos un ambiente equilibrado.

Por último, y aunque sea difícil, evitaremos las pantallas, consolas y videojuegos, en la habitación de los niños para facilitar su descanso y evitar que trasnochen sin nuestro permiso. Estos sencillos consejos harán de la habitación de nuestros hijos e hijas un lugar ideal para el descanso y la armonía, tan necesario para un desarrollo físico y emocional equilibrado.